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Buscar Activamente la Voluntad de Dios…

El Onceavo Paso de CoDA nos invita a: «Buscar a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con un Poder Superior, tal como cada uno de nosotros lo conciba, pidiéndole solamente conocimiento de Su voluntad para nosotros y el poder para llevarla a cabo». Este paso resalta la importancia de la conexión espiritual, la búsqueda de la guía divina y la voluntad de actuar según lo que Dios desea para nosotros.

Desde un enfoque en el amor de Dios y nuestra obediencia a Él, este paso nos llama a sumergirnos en la relación con nuestro Creador, reconociendo que es la fuente de amor supremo y guiándonos por ese amor en nuestra vida diaria. La Biblia nos dice en 1 Juan 4:8 que «Dios es amor», y es este amor divino el que nos sostiene, guía y transforma.

La oración y la meditación son formas fundamentales de comunicación y reflexión, respectivamente, que nos conectan con Dios y nos permiten experimentar Su amor. A través de la oración, hablamos con Dios y expresamos nuestras necesidades, deseos, agradecimientos y arrepentimientos. La meditación nos permite escuchar a Dios, reflexionar sobre Su Palabra y entender Su voluntad para nuestras vidas.

Jesús enseñó a sus seguidores a orar: «Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo» (Mateo 6:10). Esta enseñanza refleja el corazón del Onceavo Paso, que es buscar y obedecer la voluntad de Dios. Nuestra obediencia a Él no es una obligación onerosa, sino una respuesta amorosa a un Dios que nos ama incondicionalmente.

La búsqueda constante de la voluntad de Dios y el poder para llevarla a cabo nos lleva a una vida alineada con los propósitos divinos. Filipenses 2:13, nos recuerda: «porque Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad». Al sintonizarnos con la voluntad de Dios y actuar en obediencia, nos convertimos en instrumentos de Su amor, paz y justicia en el mundo.

El Onceavo Paso de CoDA, desde la perspectiva del amor de Dios y nuestra obediencia a Él, nos invita a profundizar nuestra relación con Dios a través de la oración y la meditación, a buscar activamente Su voluntad y a vivir de acuerdo a ella, reconociendo que en este proceso encontramos la verdadera libertad y plenitud. (Alpha).

Enmendar Activamente los daños causados…

El Noveno Paso de CoDA dice: «Directamente enmendamos los daños causados a tales personas siempre que fuera posible y cuando hacerlo no perjudicara a terceros». Este paso enfatiza la acción y responsabilidad de enmendar activamente los daños causados, siempre con consideración y discernimiento para no causar más daño.

Desde una perspectiva de fe en Dios, este paso se alinea con varias enseñanzas bíblicas sobre el arrepentimiento, la restitución y la reconciliación. La fe cristiana destaca la importancia del arrepentimiento genuino que va más allá del reconocimiento del pecado y se manifiesta en acciones concretas para corregir el mal causado.

Lucas 19:8-9, ilustra esta idea en la historia de Zaqueo (cobrador de impuestos): «8 Pero Zaqueo se puso de pie y dijo al Señor: —Mira, Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo he engañado a alguien, le pagaré cuatro veces más. 9 —Hoy ha llegado la salvación a este hogar —le dijo Jesús—, porque este hombre también es hijo de Abraham.» Zaqueo no solo reconoció su pecado, sino que tomó medidas concretas para enmendar los daños, devolviendo mucho más de lo que había tomado injustamente. Jesús reconoce este acto de restitución como una evidencia de la salvación y la transformación espiritual.

Este Paso, desde la perspectiva de la fe en Dios, invita a una reflexión profunda y a una acción consciente, basada en el amor y la justicia, para enmendar los daños causados. No es solo un acto de auto-liberación, sino un compromiso con la justicia y el amor al prójimo, principios fundamentales del cristianismo.

Este paso también nos recuerda la necesidad de depender de la sabiduría y la guía de Dios para discernir cuándo y cómo enmendar los daños de manera que resulte en sanación y no en más dolor. Proverbios 3:5-6 (NVI) resalta esta dependencia: «5 Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. 6 Reconócelo en todos tus *caminos, y él allanará tus sendas.»

Este paso, visto desde la fe en Dios, implica un compromiso activo con la restitución y la reconciliación, basado en los principios bíblicos de justicia, amor y dependencia divina para la sabiduría y la dirección. (Alpha).

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